martes, 13 de noviembre de 2007

CONSEJOS DE PADRE A HIJO



Jackson Brown no es un gran pensador, ni un Nóbel de literatura.
Es sólo un hombre común, un padre preocupado por la felicidad de su hijo que quiso escribir estos 'consejos', al momento que éste se iría a estudiar a la universidad, lejos de su casa. Su hijo decidió fotocopiarlos y los distribuyó entre sus compañeros de estudio. Tuvieron tanto éxito, que una editorial le pidió autorización a Brown para editar un libro con ellos. Poco tiempo después, bajo el titulo 'Vivir Feliz', se convirtió en un best seller que lleva decenas de ediciones y Millones de ejemplares traducidos a varios idiomas.
Vivir Feliz
Observa el amanecer una vez al año.
Estrechá la mano con firmeza, y mirá a la gente de frente a los ojos.
Tené un buen equipo de música.
Elegí a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis: buscá que sea fuerte donde vos sos débil y viceversa.
Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra.
Recordá los cumpleaños de la gente que te importa.
Evitá a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución.
Manejá autos que no sean caros, pero date el gusto de tener una buena casa.
Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión.
No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo. Ya lo sabe.
Recordá que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche (decile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza).
Anímate a presentarte a alguien que te cae bien simplemente con una sonrisa y diciendo: Mi nombre es fulano de tal; todavía no nos han presentado.
Nunca amenaces, si no estás dispuesto a cumplir.
Mostrá respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado.
Hacé lo que sea correcto, sin importar lo que otros piensen.
Dale la mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad.
Llegará el momento en que ya no te dejará.
Aprendé a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas.
Ubicá tus pretensiones en el marco de tus posibilidades.
Recordá el viejo proverbio: Sin deudas, sin peligro.
No hay nada más difícil que responder a las preguntas de los necios.
Aprendé a compartir con los demás y descubrí la alegría de ser útil a tu prójimo. (El que no vive para servir, no sirve para vivir).
Concurrí a tus compromisos a tiempo.
La puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno.
Confía en Dios, pero cerrá tu auto con llave.
Recordá que el gran amor y el gran desafío incluyen también el gran riesgo'.
Nunca confundas riqueza con éxito.
No pierdas nunca el sentido del humor y aprendé a reírte de tus propios defectos.
No esperes que otro sepa lo que querés si no lo decís.
Aunque tengas una posición holgada, hacé que tus hijos paguen parte de sus estudios.
Hacé dos copias de las fotos que saqués y envíalas a las personas que aparezcan en las fotos.
Tratá a tus empleados con el mismo respeto con que tratás a tus clientes.
No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta.
No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene.
Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra vida encima de él.
No confundas confort con felicidad.
Nunca compres nada eléctrico en una feria artesanal.
Escuchá el doble de lo que hablás (por eso Dios nos dio dos oídos y una sola boca).
Cuando necesites un consejo profesional, pedilo a profesionales y no a amigos.
Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos.>
Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.
Recordá que la felicidad no es una meta sino un camino: disfrutá mientras lo recorrés.
Si no querés sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles

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